Aunque suene tautológico, dicen los que saben que no hay mejor forma de aprender a jugar seven que jugarlo. La modalidad reducida tiene sus propias vicisitudes, y para aprender a lidiar con ellas no hay pizarra que valga tanto como el rodaje. En ese sentido, Huirapuca es un adelantado dentro del ámbito tucumano de clubes: la escuadra de Concepción, respetada en rugby de 15, es directamente reverenciada cuando los jugadores son siete. Eso porque con los años ha desarrollado una identidad de seven que la ha llevado a protagonizar las últimas cuatro finales del Seven de Tafí del Valle y a estar entre los candidatos de cuanto torneo intervenga.
El sábado, bajo el nombre de Imágenes del Norte, levantó su segunda Copa de Oro LA GACETA, derrotando en la final a otro club que viene pisando fuerte en rubro: Universitario, que llevó el patrocinio de Prendarios.com.
“Estoy muy contento por lo que hicieron los muchachos. Jugaron bien, por momentos muy bien, pero lo que más destaco es la entrega en defensa, algo que es fundamental. Ellos se entrenan mucho para este torneo y llegan mentalizados en ganarlo. No es casualidad que ‘huira’ haya llegado a cuatro finales consecutivas”, señaló el entrenador Tristán Molinuevo, cuya experiencia en el juego de siete fue otro de los parantes en los que se apoyó el triunfo concepcionense.
Según el también entrenador del seleccionado tucumano de seven (en dupla con Álvaro López González), el torneo fue una buena vidriera para observar nuevos talentos con vistas a futuras convocatorias. “La idea es seguir difundiendo y jugar el circuito, que es lo que nos hace crecer. Más allá de no haber llegado a la final en el Seven de la República, el balance es positivo, porque se estuvo cerca. Hay mucho que mejorar todavía para acercarnos a Buenos Aires, pero en Tafí hemos visto nuevos valores que se podrían sumar en algún momento. Hay buenas expectativas para el seven este año. Ojalá tengamos más tiempo para trabajar y mayor disponibilidad de jugadores. Eso nos permitirá llegar a Paraná con el mejor plantel y la mejor preparación posible”, cerró Tristán.
Otra vez fueron reyes del valle, pero con otra casaca
Si bien Huirapuca (o Imágenes del Norte) se sacó la espina de dos finales perdidas consecutivas, entre sus filas hubo quienes no tuvieron que esperar tanto. De hecho, no tuvieron que esperar nada, ya que el año pasado formaron parte del seleccionado tucumano que conquistó la Copa de Oro LA GACETA. Son Macario Villaluenga e Isaías Montoya, concepcionenses de pura cepa que finalmente pudieron darse el gusto de celebrar con su “huira” querido.
“Los que me conocen saben que este club es mi vida. Y el año pasado fue una pesadilla haber tenido que jugar la final contra Huirapuca. Esto se vive distinto, es tu club, tu lugar, es tu vida, donde estoy desde que tengo memoria. Es muy especial”, expresó Montoya, quien terminó con la cara ensangrentada tras la cruenta batalla contra Prendarios.com (Universitario). “Sabíamos que iba a ser una ‘guerra’, pero nos gusta mucho el seven. Lo físico y lo técnico llegan hasta un punto, de ahí en adelante es corazón. Este equipo corre todas las pelotas . Por eso se llevó el campeonato”, agregó Isaías.
Para Macario también fue una suerte de desahogo poder festejar con el club luego de haber tenido que enfrentar y derrotar a sus compañeros en la definición de 2015. “Fue muy raro. Fue lindo ganar la Copa, pero no sentía tantas ganas de festejar. Esta vez estoy mucho más contento”, admitió. “El final fue tremendo. Yo me quedé tirado en mitad de cancha y cuando vi que ‘Uni’ entraba al ingoal, me quería matar. Por suerte se nos dio. A este equipo le gusta mucho jugar seven, se mata entrenando y eso se nota en la cancha”, añadió el wing.
*Crédito: La Gaceta de Tucuman